Microexperiencias
culturales
Visita uno de los restos arqueológicos más importantes de Moraña. La Lapa de Gargantáns es un menhir de aproximadamente 2 m que data de los años 3000-2000 a.C., el cual fue descubierto por Carlos Paratcha en el año 1958.
En su superficie podemos encontrar una serie de grabados serpentiformes con forma de herradura acompañadas de un gran número de fosetas.
Por otro lado, la interpretación y la función de este menhir es muy variada: se cree que pudo servir como símbolo funerario o bien como un elemento de separación entre territorios. Por sus características específicas, se considera a la Lapa de Gargantáns como un elemento único, hecho por el cual fue incluido en el escudo de este ayuntamiento.
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Podemos encontrarlo a 300 m de altura en el Monte Acibal, sobre una gran pendiente que finaliza su recorrido en el Río Gundeiro. Su función es la de separar las parroquias de Amil y Rebón. Se cree que pertenece a la Edad de Bronce por la similitud entre ella y unas estatuasmenhir que descubiertas en las islas de Córcega y Cerdeña.
La peculiaridad que más atrae la atención de los visitantes es la cara esculpida en la superficie de la roca. Esta fue tallada en un saliente natural de la roca en la cual se aprecia la elaboración de dos agujeros sencillos que simulan los ojos, la nariz que aparece representada por un surco en forma de herradura y, por último, la boca que está trazada de forma irregular.
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Debido a la gran variedad y cantidad de petroglifos, estos constituyen uno de los recursos arqueológicos más importantes de Moraña junto a los menhires. Los petroglifos más importantes son los 9 encontrados en el monte Ardegán (1800-1500 a.C.) en los cuales se encuentran representaciones de ciervos así como figuras geométricas y, por último, los petroglifos de Chan de Deus.
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Las mámoas son túmulos de tierra que revestían los dólmenes en la antigüedad (3000 a.C.). En la actualidad, la mayoría de ellas se conservan en mal estado debido a las leyendas en las que se contaban que en ellas podían encontrarse tesoros, hecho que hizo que la mayoría fueran saqueadas.
Las más destacables del territorio de Moraña son las mámoas del Deitadeiro del Monte Chaián, las de la parroquia de San Martiño de Laxe y las de La Devesa en la calle 7 de Santa Lucía
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Estas fortificaciones eran utilizadas antes de la llegada del Imperio Romano para defender a los habitantes de este territorio. Normalmente se localizaban en partes altas del terreno o de difícil acceso para garantizar la defensa de la población y dificultar los ataques exteriores.
A pesar de que los castros que más destacan son el Castro de Rebón y el de Monte Castelo, también es interesante para el visitante conocer el Castro de Santa Cruz de Lamas y el Castro de Cernadas, así como otros de menor tamaño como el Castriño y A Chan, situados en San Mamede de Amil.
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A pesar de que su origen es románico, a lo largo del siglo XIX sufrió una serie de reformas que hicieron que su estructura inicial se viera modificada. Su interior destaca por la conservación de una ábsida, capiteles y molduras de la edificación original.
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Esta edificación data de los siglos XII-XIII, de la misma forma que la Iglesia de San Pedro de Rebón, la ábsida, sus dos bóvedas y el arco triunfal son del periodo románico.
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Ambos se encuentran en las cercanías de la Iglesia de San Mariño de Gargantáns. El primero de ellos es el más antiguo de Moraña ya que su construcción tuvo lugar en el año 1676.
Adheridas a su estructura encontramos un pedestal cuadrangular, en el que hay una antigua inscripción, unido a dos bancos con mesas. En cuanto a su cruz, esta tiene una forma octogonal terminada en un cuadrado con roseta. El segundo crucero se caracteriza por tener bancadas con tres escalones, así como por las representaciones de Cristo y de la Virgen que adornan la cruz.
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El centro de interpretación se asienta hoy en día en lo que en la antigüedad fue la escuela de Santa Justa fundada por Manuel Blanco Bugallo, que funcionó desde 1823 hasta 1976 a pesar de las pequeñas etapas de inactividad. Hoy en día el centro ofrece a sus visitantes una vuelta al pasado a través de la interacción con las diferentes estancias conservadas pertenecientes a la escuela.
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A pesar de que el pazo data del siglo XVIII, fue construido sobre los cimientos de una edificación del siglo XVI. En cuanto a su estructura inicial, esta fue sometida a una serie de cambios debidos a la vida familiar que siempre lo ocupó.
Destaca por la posesión de una de las labras más importantes de las que se conservan en Galicia, en la que se representa el escudo de armas de la familia Varela. Se dice que el origen de la familia propietaria se remonta a la descendencia de Ramiro I y su mujer Doña Ermisinda de la Casa Real de Francia.
En la actualidad funciona como un establecimiento de turismo rural dedicado a todo tipo de celebraciones.
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A comienzos del siglo XX fue la morada del famoso aviador español, el Coronel Francisco Iglesias Brange, conocido por recorrer 6746 km en 43 horas desde Sevilla hasta Río de Janeiro.
De la misma forma que el Pazo de A Buzaca, este funciona en la actualidad como un establecimiento dedicado a todo tipo de celebraciones y, además, en su interior se instaló un museo orientado a preservar los recuerdos y vivencias del Coronel Francisco. De la misma forma que el Pazo de A Buzaca, este funciona en la actualidad como un establecimiento dedicado a todo tipo de celebraciones y, además, en su interior se instaló un museo orientado a preservar los recuerdos y vivencias del Coronel Francisco.
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Construida en la Edad Media fue propiedad de una familia noble de la época. En su fachada se conserva en su totalidad un escudo de gran importancia histórica.
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A pesar de que no existen documentos escritos que prueben su construcción, se estima que, debido a su estructura redondeada, se construyera en la Edad Media. Se cree que antiguamente existían más torres que la de Amil gracias a las denominaciones de los lugares conservadas como Torre de Arriba y Torre de Abaixo.
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Mandado construir por el rector de Amil, Verea y Aguilar en 1756 siendo ampliado por orden del rector Pedro Velay. Estas obras tardaron cincuenta años en completarse, inaugurándose el santuario en 1892.
A pesar de su estilo neoclásico, la capilla se caracteriza por la simplicidad de su estructura octogonal, así como por la sencillez del pórtico clásico de la entrada. Se accede al edificio a través de una gran escalinata.
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La construcción de esta fuente gira entorno a una antigua leyenda popular. Según la historia, un mercader buscaba agua para abastecer a su familia y animales, por lo que excavo una pequeña mina y le suplicó a la Virgen que de allí brotara agua, y así fue.
Gracias a este acontecimiento, los vecinos de la comarca construyeron en este lugar la Fuente de Rozavella, que se convirtió en un lugar de peregrinación masivo gracias al milagro acontecido. A pesar de que se conserva una escultura de la virgen, antiguamente se subía la imagen hasta allí para rogarle a esta divinidad que lloviera.
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Fuente milagrosa situada detrás de la Iglesia Parroquial de Santa Xusta que pertenece al siglo XVI. Parece ser que fue descubierta a principios de los años treinta, después de estar enterrada muchos años, fruto de la revelación de una mujer que le apareció al sacerdote.
La fama de sus aguas curativas, pues tenía propiedades milagrosas curando heridas y otros males, se extendió por toda la geografía gallega y acercaba a multitud de personas para saborear el agua que curaba todos los males.
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Visita uno de los restos arqueológicos más importantes de Moraña. La Lapa de Gargantáns es un menhir de aproximadamente 2 m que data de los años 3000-2000 a.C., el cual fue descubierto por Carlos Paratcha en el año 1958.
En su superficie podemos encontrar una serie de grabados serpentiformes con forma de herradura acompañadas de un gran número de fosetas.
Por otro lado, la interpretación y la función de este menhir es muy variada: se cree que pudo servir como símbolo funerario o bien como un elemento de separación entre territorios. Por sus características específicas, se considera a la Lapa de Gargantáns como un elemento único, hecho por el cual fue incluido en el escudo de este ayuntamiento.
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Podemos encontrarlo a 300 m de altura en el Monte Acibal, sobre una gran pendiente que finaliza su recorrido en el Río Gundeiro. Su función es la de separar las parroquias de Amil y Rebón. Se cree que pertenece a la Edad de Bronce por la similitud entre ella y unas estatuasmenhir que descubiertas en las islas de Córcega y Cerdeña.
La peculiaridad que más atrae la atención de los visitantes es la cara esculpida en la superficie de la roca. Esta fue tallada en un saliente natural de la roca en la cual se aprecia la elaboración de dos agujeros sencillos que simulan los ojos, la nariz que aparece representada por un surco en forma de herradura y, por último, la boca que está trazada de forma irregular.
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Debido a la gran variedad y cantidad de petroglifos, estos constituyen uno de los recursos arqueológicos más importantes de Moraña junto a los menhires. Los petroglifos más importantes son los 9 encontrados en el monte Ardegán (1800-1500 a.C.) en los cuales se encuentran representaciones de ciervos así como figuras geométricas y, por último, los petroglifos de Chan de Deus.
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Las mámoas son túmulos de tierra que revestían los dólmenes en la antigüedad (3000 a.C.). En la actualidad, la mayoría de ellas se conservan en mal estado debido a las leyendas en las que se contaban que en ellas podían encontrarse tesoros, hecho que hizo que la mayoría fueran saqueadas.
Las más destacables del territorio de Moraña son las mámoas del Deitadeiro del Monte Chaián, las de la parroquia de San Martiño de Laxe y las de La Devesa en la calle 7 de Santa Lucía
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Estas fortificaciones eran utilizadas antes de la llegada del Imperio Romano para defender a los habitantes de este territorio. Normalmente se localizaban en partes altas del terreno o de difícil acceso para garantizar la defensa de la población y dificultar los ataques exteriores.
A pesar de que los castros que más destacan son el Castro de Rebón y el de Monte Castelo, también es interesante para el visitante conocer el Castro de Santa Cruz de Lamas y el Castro de Cernadas, así como otros de menor tamaño como el Castriño y A Chan, situados en San Mamede de Amil.
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A pesar de que su origen es románico, a lo largo del siglo XIX sufrió una serie de reformas que hicieron que su estructura inicial se viera modificada. Su interior destaca por la conservación de una ábsida, capiteles y molduras de la edificación original.
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Esta edificación data de los siglos XII-XIII, de la misma forma que la Iglesia de San Pedro de Rebón, la ábsida, sus dos bóvedas y el arco triunfal son del periodo románico.
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Ambos se encuentran en las cercanías de la Iglesia de San Mariño de Gargantáns. El primero de ellos es el más antiguo de Moraña ya que su construcción tuvo lugar en el año 1676.
Adheridas a su estructura encontramos un pedestal cuadrangular, en el que hay una antigua inscripción, unido a dos bancos con mesas. En cuanto a su cruz, esta tiene una forma octogonal terminada en un cuadrado con roseta. El segundo crucero se caracteriza por tener bancadas con tres escalones, así como por las representaciones de Cristo y de la Virgen que adornan la cruz.
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El centro de interpretación se asienta hoy en día en lo que en la antigüedad fue la escuela de Santa Justa fundada por Manuel Blanco Bugallo, que funcionó desde 1823 hasta 1976 a pesar de las pequeñas etapas de inactividad. Hoy en día el centro ofrece a sus visitantes una vuelta al pasado a través de la interacción con las diferentes estancias conservadas pertenecientes a la escuela.
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A pesar de que el pazo data del siglo XVIII, fue construido sobre los cimientos de una edificación del siglo XVI. En cuanto a su estructura inicial, esta fue sometida a una serie de cambios debidos a la vida familiar que siempre lo ocupó.
Destaca por la posesión de una de las labras más importantes de las que se conservan en Galicia, en la que se representa el escudo de armas de la familia Varela. Se dice que el origen de la familia propietaria se remonta a la descendencia de Ramiro I y su mujer Doña Ermisinda de la Casa Real de Francia.
En la actualidad funciona como un establecimiento de turismo rural dedicado a todo tipo de celebraciones.
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A comienzos del siglo XX fue la morada del famoso aviador español, el Coronel Francisco Iglesias Brange, conocido por recorrer 6746 km en 43 horas desde Sevilla hasta Río de Janeiro.
De la misma forma que el Pazo de A Buzaca, este funciona en la actualidad como un establecimiento dedicado a todo tipo de celebraciones y, además, en su interior se instaló un museo orientado a preservar los recuerdos y vivencias del Coronel Francisco. De la misma forma que el Pazo de A Buzaca, este funciona en la actualidad como un establecimiento dedicado a todo tipo de celebraciones y, además, en su interior se instaló un museo orientado a preservar los recuerdos y vivencias del Coronel Francisco.
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Construida en la Edad Media fue propiedad de una familia noble de la época. En su fachada se conserva en su totalidad un escudo de gran importancia histórica.
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A pesar de que no existen documentos escritos que prueben su construcción, se estima que, debido a su estructura redondeada, se construyera en la Edad Media. Se cree que antiguamente existían más torres que la de Amil gracias a las denominaciones de los lugares conservadas como Torre de Arriba y Torre de Abaixo.
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Mandado construir por el rector de Amil, Verea y Aguilar en 1756 siendo ampliado por orden del rector Pedro Velay. Estas obras tardaron cincuenta años en completarse, inaugurándose el santuario en 1892.
A pesar de su estilo neoclásico, la capilla se caracteriza por la simplicidad de su estructura octogonal, así como por la sencillez del pórtico clásico de la entrada. Se accede al edificio a través de una gran escalinata.
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La construcción de esta fuente gira entorno a una antigua leyenda popular. Según la historia, un mercader buscaba agua para abastecer a su familia y animales, por lo que excavo una pequeña mina y le suplicó a la Virgen que de allí brotara agua, y así fue.
Gracias a este acontecimiento, los vecinos de la comarca construyeron en este lugar la Fuente de Rozavella, que se convirtió en un lugar de peregrinación masivo gracias al milagro acontecido. A pesar de que se conserva una escultura de la virgen, antiguamente se subía la imagen hasta allí para rogarle a esta divinidad que lloviera.
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Fuente milagrosa situada detrás de la Iglesia Parroquial de Santa Xusta que pertenece al siglo XVI. Parece ser que fue descubierta a principios de los años treinta, después de estar enterrada muchos años, fruto de la revelación de una mujer que le apareció al sacerdote.
La fama de sus aguas curativas, pues tenía propiedades milagrosas curando heridas y otros males, se extendió por toda la geografía gallega y acercaba a multitud de personas para saborear el agua que curaba todos los males.