Un plan estupendo para pasar un día diferente es realizar una ruta disfrutando de los maravillosos pazos y las fabulosas casas blasonadas con escudos de armas esculpidos en sus fachadas que ofrece Moraña.
Para empezar, una parada imprescindible es el Pazo de A Buzaca, del s.XVIII pero construido sobre una edificación del s.XVI. Sorpréndete con una de las mejores labras heráldicas de Galicia, con armas de la familia Varela.
Hoy en día es un espectacular establecimiento de turismo rural así como un lugar ideal para la realización de eventos de todo tipo. Cuenta con 40.000 m2 de jardines y huerta, con dos imponentes horreos, una torre del homenaje, palomar y capilla.
Otra experiencia inolvidable es acercarse hasta Pazo A Toxeiriña, en el el que podrás sentir la majestuosidad de su arquitectura. Aquí vivió durante un tiempo el coronel Francisco Iglesisas Brage, quien destacó en el año 1929 al realizar el famoso vuelo de 43 horas entre España y Brasil, un hito en la aviación mundial. Hoy en día el Pazo funciona como un icónico restaurante especializado en celebraciones y banquetes, ideal para transportarse en el tiempo.
Como complemento final, no puedes dejar de visitar y asombrarte con las inigualables casonas de Moraña, con ejemplos como los espectaculares escudos familiares que ofrecen la Casona de Rial, la Casona da Rapeira o la Casona de Sorrego.
Y como colofón, acércate hasta la Casa Rectoral de Amil, construida en perpiaño de granito, que destaca por su fachada (con conchas de vieira) y por la torre medieval que lleva adosada. Se cree que en el pasado esta estuvo acompañada por otra torre de características similares, formando parte de un conjunto defensivo.
Moraña tiene una rica tradición gastronómica, en donde destacan sus reconocidos eventos gastronómicos y su buena oferta hostelera. ¡Un placer para todos los sentidos!
No dudes en marcar en tu agenda la Fiesta do Carneiro ao Espeto, un espectáculo gastronómico y visual de primer nivel, único en Galicia.
De hecho, esta fiesta está declarada Fiesta de Interés Turístico Gallego, y se celebra en la fabulosa carballeira de Santa Lucía el último domingo de julio. Aquí vivirás una experiencia excepcional, que recordarás (y repetirás) sin duda.
El principal protagonista es el carnero y su forma de preparación, que se remonta a los años veinte, cuando un morañés jubilado en Argentina junto a un joven argentino preparan varias comidas campestres a las orillas del río Umia, en las que asaban carneros al estilo pampero. El éxito fue rotundo y se convirtió en una tradición típicamente morañesa a lo largo de los años. Se asan los carneros de forma lenta, más de ocho horas, abiertos en canal en forma de doble cruz sobre una estructura de hierro, colocados en círculos alrededor de las brasas de madera de roble. ¡Una auténtica delicia para el paladar! Podrás degustar este increíble manjar tanto en la propia fiesta (bajo reserva) o en los restaurantes de la zona, así como disfrutar de las actividades culturales, deportivas y de ocio que se organizan esos días. Ya sabes, márcalo en el calendario.
Además, durante el propio mes de julio, se celebra el ya consolidado “Espétalle un pincho”, una actividad de exaltación culinaria mediante la cual se reparten unos 1.500 pinchos en los que se hace gala de las diferentes formas de preparar el carnero, y que pueden ser degustados en varios establecimientos de la hostelería morañesa.
Otra opción para los paladares más exigentes es la Fiesta do Porquiño á Brasa, que se celebra el último domingo de agosto. Desde primera hora se colocan los “porquiños” alrededor de la brasa de roble para asarlos lentamente, que pueden ser degustados en lotes. Te sorprenderá comer en un ambiente alegre y familiar, complementado con música y juegos populares entre otras actividades.
Por último, es necesario recordar que el municipio de Moraña es vecino de la zona más popular de los vinos de la DO Rías Baixas, la zona del Salnés. Pese a que no está reconocida su Denominación de Origen, en la zona se trabaja igual la viticultura y se elaboran muy buenos vinos blancos y tintos.
En definitiva, viajar a Moraña es sinónimo de buen comer. Aquí puedes encontrar más información sobre dónde comer. Simplemente, ¡a disfrutar!
Un plan estupendo para pasar un día diferente es realizar una ruta disfrutando de los maravillosos pazos y las fabulosas casas blasonadas con escudos de armas esculpidos en sus fachadas que ofrece Moraña.
Para empezar, una parada imprescindible es el Pazo de A Buzaca, del s.XVIII pero construido sobre una edificación del s.XVI. Sorpréndete con una de las mejores labras heráldicas de Galicia, con armas de la familia Varela.
Hoy en día es un espectacular establecimiento de turismo rural así como un lugar ideal para la realización de eventos de todo tipo. Cuenta con 40.000 m2 de jardines y huerta, con dos imponentes horreos, una torre del homenaje, palomar y capilla.
Otra experiencia inolvidable es acercarse hasta Pazo A Toxeiriña, en el el que podrás sentir la majestuosidad de su arquitectura. Aquí vivió durante un tiempo el coronel Francisco Iglesisas Brage, quien destacó en el año 1929 al realizar el famoso vuelo de 43 horas entre España y Brasil, un hito en la aviación mundial. Hoy en día el Pazo funciona como un icónico restaurante especializado en celebraciones y banquetes, ideal para transportarse en el tiempo.
Como complemento final, no puedes dejar de visitar y asombrarte con las inigualables casonas de Moraña, con ejemplos como los espectaculares escudos familiares que ofrecen la Casona de Rial, la Casona da Rapeira o la Casona de Sorrego.
Y como colofón, acércate hasta la Casa Rectoral de Amil, construida en perpiaño de granito, que destaca por su fachada (con conchas de vieira) y por la torre medieval que lleva adosada. Se cree que en el pasado esta estuvo acompañada por otra torre de características similares, formando parte de un conjunto defensivo.
Moraña tiene una rica tradición gastronómica, en donde destacan sus reconocidos eventos gastronómicos y su buena oferta hostelera. ¡Un placer para todos los sentidos!
No dudes en marcar en tu agenda la Fiesta do Carneiro ao Espeto, un espectáculo gastronómico y visual de primer nivel, único en Galicia.
De hecho, esta fiesta está declarada Fiesta de Interés Turístico Gallego, y se celebra en la fabulosa carballeira de Santa Lucía el último domingo de julio. Aquí vivirás una experiencia excepcional, que recordarás (y repetirás) sin duda.
El principal protagonista es el carnero y su forma de preparación, que se remonta a los años veinte, cuando un morañés jubilado en Argentina junto a un joven argentino preparan varias comidas campestres a las orillas del río Umia, en las que asaban carneros al estilo pampero. El éxito fue rotundo y se convirtió en una tradición típicamente morañesa a lo largo de los años. Se asan los carneros de forma lenta, más de ocho horas, abiertos en canal en forma de doble cruz sobre una estructura de hierro, colocados en círculos alrededor de las brasas de madera de roble. ¡Una auténtica delicia para el paladar! Podrás degustar este increíble manjar tanto en la propia fiesta (bajo reserva) o en los restaurantes de la zona, así como disfrutar de las actividades culturales, deportivas y de ocio que se organizan esos días. Ya sabes, márcalo en el calendario.
Además, durante el propio mes de julio, se celebra el ya consolidado “Espétalle un pincho”, una actividad de exaltación culinaria mediante la cual se reparten unos 1.500 pinchos en los que se hace gala de las diferentes formas de preparar el carnero, y que pueden ser degustados en varios establecimientos de la hostelería morañesa.
Otra opción para los paladares más exigentes es la Fiesta do Porquiño á Brasa, que se celebra el último domingo de agosto. Desde primera hora se colocan los “porquiños” alrededor de la brasa de roble para asarlos lentamente, que pueden ser degustados en lotes. Te sorprenderá comer en un ambiente alegre y familiar, complementado con música y juegos populares entre otras actividades.
Por último, es necesario recordar que el municipio de Moraña es vecino de la zona más popular de los vinos de la DO Rías Baixas, la zona del Salnés. Pese a que no está reconocida su Denominación de Origen, en la zona se trabaja igual la viticultura y se elaboran muy buenos vinos blancos y tintos.
En definitiva, viajar a Moraña es sinónimo de buen comer. Aquí puedes encontrar más información sobre dónde comer. Simplemente, ¡a disfrutar!